Mascotas divinas

«¡Viva el vino y las mujeres!» es de Manolo Escobar, no de Homero, pero nos sirve como introducción al cincuenta por ciento. De la otra mitad, la vida de las mujeres griegas, hay que decir que fue muy perra. A todas las mantuvieron en casa y con la pata quebrá durante siglos, bien enclaustradas en el gineceo. Safo de Lesbos, Aspasia de Mileto, Friné de Tespias o Gorgo de Esparta son excepciones que confirman la regla.

Mujeres encerradas y sometidas y vino aguado, ¿esa era la Grecia civilizada? Clic para tuitear

Hay una cuadra mítica más famosa aún que la de Aquiles, de cuyos corceles me ocupé en una entrada anterior. En la mitología griega, Helio era el dios del Sol, hijo del titán Hiperión y de la titánide Tía; ojo, no la confundamos con la oceánide del mismo nombre, madre de los ascendientes mitológicos de Zipi y Zape, a los que dedico un artículo en la revista literaria Capítulo 1. Helio es, por tanto, hermano de Eos, la Aurora, y de Selene, la Luna.

La leyenda de Faetón y los caballos de Helios es la del primer calentamiento global Clic para tuitear

Hades, rey del ídem, y Perséfone, su reina, no tuvieron hijos, pero tenían perrito. Su nombre, como el de Pégaso, era el de una mascota esdrújula: Cérbero. Con el tiempo, la volvimos llana: el can Cerbero. Así lo recuerda Antonio Ruiz de Elvira en su Mitología clásica. Yo, aquí, esdrujularé o llanearé con el perro del Averno según me pete.

El can Cerbero, portero infernal, tenía un ladrido tan atroz como el grito de una madre furiosa Clic para tuitear

También eran tres, y también esdrújulas, las regiones del Inframundo de los antiguos griegos: el Érebo, las tinieblas oscuras de su vestíbulo que se extendían, flotantes, sobre los otros territorios del Hades…

Héroe significa «semidiós» en griego. Lo explica Platón en su diálogo Crátilo: «Todos han nacido del amor de un dios por una mortal o de un mortal por una diosa». Del primer caso, tenemos a Hércules, hijo de Zeus y Alcmena, y, del segundo, a Aquiles, fruto de la unión de la diosa oceánica Tetis con Peleo, rey de Ftía…

Aunque tengamos a los héroes por dechados de virtudes, los griegos podían ser auténticos psicópatas. Clic para tuitear

Hoy vamos a conocer el extreme, pero muy extreme, make over del pavo real. Porque el ave que simboliza la vanidad no siempre fue tan bella. Nos ayudará en este reto una vaca, la enésima muesca en el cabecero de Júpiter, para escarnio y furia de la romana Juno, llamada Hera por los griegos (no sé por qué te digo esto, si ya lo sabes).

En el mito de Ío y Argos aparece por primera vez el Gran Hermano Clic para tuitear

Lo cierto es que sí tenía más que decir sobre Atenea y su mochuelo, además de lo dicho en la entrada anterior a esta. Errores o interpretaciones de los traductores aparte, que la lechuza suplantase al mochuelo como mascota divina es culpa de una leyenda. Una cruel, como casi todas las mitológicas. Quedan avisados los meapilas.

Atenea se compadeció de la joven princesa violada por su padre Clic para tuitear

Atenea cargó con el mochuelo. Ni búho ni lechuza. Un mochuelo, Athene noctua, fue la elegida por la diosa de la inteligencia entre infinidad de mascotas divinas. La futura Minerva también les regaló el olivo a los atenienses, con lo que cada mochuelo se pudo ir al suyo desde los tiempos de Homero. Inauguro así, con una invocación a Palas Atenea, una larga —espero— serie mitológica.

¿Conoces a las mascotas sagradas de los dioses? Clic para tuitear