La culpa de que el padre de Odiseo, que no fue Laertes, sino Homero, aparezca en esta entrada en condición de barista y no de aedo no es mía. La culpa es de Álvaro Cunqueiro. «¡Anda y vete a pellizcar mármoles!», podrá soltarme algún lector escandalizado. Y yo le responderé que me envía a tan extenuante tarea sin razón. Porque si alguien tendría que ir a pellizcarlos no soy yo, sino Cunqueiro (¡que las Musas lo tengan en su mullido seno!). Y voy a demostrarlo…
¿Que Homero menciona el café en la Odisea? ¡Pero qué barbaridad! Clic para tuitear