Una de las leyendas mitológicas que cuento en mi último libro —¿Nos hacemos unos griegos? (LGTBI en el Olimpo y su vecindario)— la protagonizan Apolo y Jacinto. En esa misma entrada cito también la de Hermes y Croco, un cuento mitológico tardío, quizá del período clásico, sino del helenístico. Asocié ambas leyendas, con tintes de fábula con moraleja, porque son muy parecidas. Ambas dan como resultado el nacimiento de una flor. En el caso de Febo y su erómeno, hablamos del martagón o lirio llorón. Pero, hoy, la que nos interesa es la del azafrán, fruto del amor y la tragedia.
El origen del azafrán es un efebo más bonico que las pesetas Clic para tuitear