Comanchería es al cine presente lo que el cerdo a la gastronomía. El gorrino tiene sabrosos hasta los andares y la película de David Mackenzie tiene bonito hasta el título en español. La acabo de ver y aún no he podido cerrar la boca. Por otro lado, ya se ve que no padezco la fiebre de los estrenos.
Su guión es pura fibra. Ni grasa ni anabolizantes. Eso sí, entre el músculo firme y crudo, el director escocés entrevera vetas de humor que saben a risa, no a sonrisa. Llega un momento en que los dos rangers coprotagonistas se lanzan pullas como si fueran Abott y Costello, y sin que la película se resienta una pizca. ¿Que son chistes de mal gusto, incluso racistas? Bueno, será deformación profesional: he trabajado en tantos equipos de televisión y he visto volar tantas hachas y cuchillos que igual tengo el umbral del humor muy alto.